Tuesday, December 23, 2008

Un detective suelto en Bs As - Reseña de Pagaría por no verte, de Juan Sasturain

El programa sobre libros que Sasturain dirige por Telefé, Ver para leer, iba a llamarse S.O.S. libros, “bajo la idea”, decía él, “de que los libros tienen una utilidad práctica” y que en ocasiones, como cumpleaños de parientes, “te salvan”. Y resulta que con su flamante policial, tercero de la saga protagonizado por el veterano detective privado Julio Etchenike, Sasturain demuestra la veracidad de su hipótesis pero por la exacta negativa: los libros pueden ocasionar un perjuicio práctico en la vida cotidiana del lector. Porque su historia va encadenándose con tal renovación de intriga que produce una ansiedad no recomendable para le lectura previa al sueño: bajo la lógica falaz de “un capitulito más...”, se torna imposible parar.
La acción está situada en la Buenos Aires de 1980 y las marcas locales son muy importantes en esta novela decididamente de género: ya la ilustración de tapa, hecha por Oscar Chichoni (dibujante original de la revista de historietas Fierro, que Sasturain dirigió en los ochentas y de nuevo desde 2006), representa al legendario actor Robert Mitchum, arquetipo de antihéroe que representó en pantalla a Philip Marlowe, detective creado por Raymond Chandler, autor fundamental del género policíaco oscuro del que Sasturain participa en una apropiación patriótica. Porque Etchenike, lejos de la estampa estadounidense de Marlowe/Mitchum, es tanguero viejo, traza un mapa de la ciudad no sólo en función de su búsqueda justiciera sino también de sus cafetines, prefiere medialunas de grasa y asegura que si se hiciera una encuesta entre las cosas favoritas de la gente, nunca bajarían del quinto puesto las milanesas, que por otra parte “tienen muchas menos contraindicaciones que los culos”.
Es que los culos femeninos tienen un rol fundamental en la trama –rigurosa y de humor versátil- que por supuesto se desencadena con un asesinato, durante cuya investigación aparece otro que no se sabe si es tal o suicidio... Sasturain se apoya en la premisa de que las distintas dimensiones de la vida nunca están escindidas sino que operan como perspectivas diversas en cada situación; así, amor y sexo, revanchas políticas, conflictos familiares, traiciones económicas y viejos rencores de amistad se trenzan disputando determinación en un caso que al detective le va produciendo sucesivos dilemas éticos, manteniendo siempre una bondad básica y su característico modo de ganar como un entrañable perdedor.


Publicado en Rolling Stone, septiembre 2008